Coge tu labor, que nos vamos 

Haz clic Ahora con este fresquete que aún tenemos en febrero, este post de inauguración lo voy a dedicar a sitios apetecibles para tejer. Lo bueno de vivir en Suiza es que el tiempo y el paisaje te lo pone muy fácil. Mucha nieve, mucha montaña… Lo de la chimenea todavía no termino de pillar por que no encuentro tantas. Hay más estufas de calor, muy bonitas, pero no es lo mismo. El motivo, ya sabéis cual es: la estufa no ensucia tanto como la chimenea.. (que ya me conozco yo al personal).

Gracias a las miles de excursiones que organiza con cuidado y mesura suizo-majetón (para los nuevos, la razón de mi expatriación) he podido desarrollar esta pequeña guía que además te puede dar ideas para escapadas de fin de semana. ​aquí para editar.

Este es un sitio espectacular en Lavin, canton de Graubunden. Lavin esta siguado justo a la salida del transbordador de Vereina. Es un pueblo ubicado en el centro de Engadina, uno de las regiones más bonitas de Suiza, y situado a unas dos horas de Zürich. El hotel Piz Linard (cuya web no le hace justicia) se encuentra en el centro del pueblo, y está decorado con mobiliario antiguo, la comida esta buenísima y además tiene una galería de arte enfrente para jóvenes artistas. 

​Desde aqui se pueden hacer excursiones a Guarda, Sent o incluso St. Moritz. 

Tipica casita de la región. La de la foto, en Guarda.

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Aquí tejiendo bufanda de suizo majeton, que me ha llevado unos cuantas semanas
de plena dedicación hacerla, y en breve, patrón. :-) Es obvio que aquí nació todo. 

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Donde nació todo :-)

Pero falta nieve, no? Pues aquí tenemos toda la nieve del mundo mundial: ​

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Así, en plena nevada nos recibió la cabaña, a la que solamente se puede acceder esquiando y con mochila, claro ;-). Si te quieres aislar del mundo, éste es tu sitio.

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Nos hemos venido al Cantón de Wallis. La estación de esquí es Aletsch Arena, cuyo nombre se debe al glaciar Aletsch que se sitúa justo detrás de las pistas y que es patrimonio de la UNESCO. Espectacular.

No hace falta decir lo espectacular que es, con sus 100km de pistas, unido a sus pueblos “sin coches”, como Riederalp o Bettmeralp, que mantienen la arquitectura rural. El entorno  es mágico. Nunca había ido a hacer la compra en esquís, la verdad. Pero nosotros, haciendo el doble salto mortal, decidimos dormir más arriba, en mitad de las pistas para disfrutar del silencio de la montaña. La cabaña esta genial por dentro, calentita y con toda la logística necesaria para hacer fondeu y raclette. Que viva la grasa! 

Y que hemos tejido aqui? Pues un gorro de lana, obviamente. Con este fresco, cualquiera se deja las ideas al aire:

Vamos a terminar esta visita a los Alpes en mi lugar favorito. Esto es mejor que un spa, os lo digo. Panorámica desde Gais (Appenzell) con vista al Santis:

​Con estas vistas, que más se puede pedir!

​Y ahora os toca a vosotros. ¿​A dónde os habéis llevado el tejemaneje últimamente?