Planes suizo-dominguero: Nos vamos a Bannalpsee

¿Preparados para disfrutar de una jornada de caminata, comilona y chapuzón? Aprovechando los últimos coletazos del verano, os propongo esta excursión a tan sólo hora y media de Zurich. Nos vamos al Bannalpasee.

Esta es una excursión cien por cien suiza dominguera, tanto para adultos como para ir con niños. Llegar hasta allí es bien fácil. Al llegar en coche o en transporte público a Oberrickenbach, encontraréis dos telecabinas pequeños y privados (o sea que no aceptan half-tax ni se puede pagar con tarjeta) para subir a la zona. Cualquiera de los dos sirve. El parking es gratuito. La otra opción es subir andando, por supuesto, tres o cuatro horitas de subida bastante empinada :-)

Una vez arriba, existen dos opciones, ir directamente al Bannalpsee y dar un paseo alrededor, o ir en la otra dirección y hacer unas cuantas caminatas de un par de horas, y descubir la naturaleza tan bonita que se puede encontrar en el camino….

Y las vacas… :-) Atención al cartel de "cuidado con la madre", me parece de lo mejor que he visto en mucho tiempo. 

La oferta gastronomica es amplia, como todo pico que se precie en Suiza. Igual que en España hay un bar en cada esquina, aquí hay un restaurante en cada pico. En este caso, dos. Nosotros fuimos a Bannalpsee Restaurant, al borde del lago (no acepta tarjetas). Es también un hotel, si tenéis tiempo no os perdáis la camas con dosel de madera. Son ideales. Como ideal fue la rösti con queso y huevo que me apreté a la salud de la operación bikini:

Después por supuesto siesta y baño a las orillas del lago. El baño es impresionante, con la roca de fondo, un panorama espectacular. El agua buenísima. Ahora, si lleváis escarpines mejor. No por las piedras, sino por el fango. Si sois un poco especiales, como yo, a más de una o uno le dará un poco de yuyu meter el pie.

Debe ser que el baño nos animó a bajar caminando en lugar de usar el telecabina. Así que allí que nos fuimos, montaña abajo, entre piedras, cuestas, vacas y cabras. Casi tres horas de bajada, confieso que acabé derrotada, pero eso sí, con la rösti en los pies.

¡Que lo disfrutéis!